En los últimos días he estado muy en conexión con Lira, Sirio y Orión, siento estas 3 conciencias como una trinidad que ha resguardo las memorias de origen desde que todo comenzó en este espacio del universo.
Las hermandades más antiguas, los recuerdos originales y todo el registro del desdoblamiento son custodiados por ellos.
Ayer al realizar una activación con los Prismas Liranos sentí la voz de mi propio ADN brindarme el siguiente mensaje:
«El camino de las estrellas no es un camino al exterior, no es un trayecto hacia afuera, es más bien un viaje interior.
Nuestros átomos nacieron en estrellas lejanas hace miles de años, nuestro ADN interdimensional es herencia estelar. Las estrellas que vemos en el cielo nocturno son fotografías de ancestros, son la imagen de un pasado plasmado en la boveda estelar.
Somos Hijos de las Estrellas porque nacimos de ellas.
No necesitamos recorrer el cosmos con nuestros cuerpos físicos porque es nuestro espíritu el que ya ha recorrido cada cuerpo estelar, nacimos en incontables planetas, como fotones hemos atravesado el tejido espacial.
Simplemente debemos permitirnos recordar lo que hay más allá de lo tangible y evidente.
Mas allá de los ojos del cuerpo se encuentran los ojos del alma, esos que han visto planetas de tantos colores y horizontes de múltiples soles.
Es tu timo la puerta estelar.
Y es tu intención la llave del portal.
Eres cosmos, eres tierra, eres luz espiritual.»
Y me quedé durante largo rato recorriendo mi propio universo interior, que no es más que un reflejo del universo exterior. Todo lo que buscamos afuera yace dentro nuestro.
Somos el universo mismo, en cada átomo y partícula de energía, somos la memoria cósmica encarnada.
Somos cuerpo estelar, somos avatar, somos estela galáctica.
Hoy te invito a sentir a Lira, Sirio y Orión, ellos son portales a tu propio universo interior, lo que hay en ti despierta al dejarte abrazar por ellos.
Toca suavemente tu timo (centímetros arriba del chakra corazón) y usa tu poder de intención para reconectar con tu camino estelar.
Alba Hernández