Nosotros tenemos un ADN interdimensional que contiene todas las secuencias de ADN de nuestra existencia: nuestro ADN biológico, espiritual, crístico, las diferentes capas, hebras, el ADN oro, nuestra integridad trina, todo está contenido en el ADN interdimensional, todas las codificaciones, secuencias, dimensiones, reservorios.
El ADN es un lenguaje, una codificación que nos lleva a desencriptar algo.
El ADN crístico es el ADN de luz pura, es el ADN ascendido, que ya tuvo toda la evolución y se encuentra en estado crístico.
El ADN oro es el ADN trino, el ADN que ha tomado la oscuridad para trascenderla a la luz, conoce todos los caminos, sin importar el nivel o grado de oscuridad ese ADN sabe abrir los caminos hacia la luz.
El ADN espiritual es el ADN que contiene toda la codificación y lenguaje de nuestra familia espiritual, maestros y conciencias con los que somos afines.
El ADN biológico es la parte más física del ADN interdimensional, tiene el lenguaje para generar el cuerpo en esta dimensión.
Y hay muchas más secuencias del ADN.
El ADN del origen es una de estas secuencias, es la secuencia original, se encuentra resguardada en Lira como origen y vuelta al uno, a la integración. Es el lenguaje que dejamos codificado y adormecido por años y que fue viajando por la estela galáctica, permaneció dormido, encriptado. Se desprende de la semilla original, es un lenguaje único para cada ser humano, porque cada uno somos parte esencial y pieza única de esa semilla.
Al activar el ADN del origen activamos la conciencia de esa semilla original en nosotros, activamos la conciencia lirana, activamos las hermandades, guardianes, maestros y conciencias de Lira. Activamos todo en relación a nuestro origen.
Desde esta secuencia del ADN del origen también sanamos porque transmite información a otras hebras de nuestro ADN, sanando nuestro ADN interdimensional.
Esta secuencia primero tiene que despertar, despertar ese ADN del origen, volver a estar activo en sus distintas capas de codificación como lenguaje y a medida que el lenguaje del origen se activa en cada ser, se va también haciendo esa interacción del lenguaje con el ser, para que el ser pueda comprender el lenguaje y pueda entender como leer esa codificación y cuando comenzamos a leer viene la fase de expansión.
Cuando ya se activó y comienza a interpretarse, se logra expandir a todas las capas y dimensiones del ser para que brinde sus atributos.
El ADN del origen viene a mostrar a quien lo active en sí, cuales son los primeros pasos que debe dar en su existencia para regresar al origen y comenzar a integrarse.
Nos mostrará cuales son nuestras heridas, nuestra separación, división, los puntos más importantes de nuestro desdoblamiento, eso que permaneció fragmentado en nosotros por muchas vidas.
Es una codificación que interactúa de una manera muy personal, para mostrar qué es lo que se tiene que sanar.
Lleva en sí la forma de hacerlo, te muestra las heridas, y te conecta con esas civilizaciones galácticas donde has estado y las heridas que allí formaste, es un camino de reconocimiento, aceptación y liberación para sanar.
Tu mismo ADN del origen te muestra cómo.
Recordemos que en la codificación original esta todo el desdoblamiento y todo el camino de integración, todo está allí, la ida y la vuelta, y a ese todo accedemos al trabajar con nuestro ADN del origen.
Accedemos a un campo de conciencia de la herida, de la caída, y esto es galáctico, porque nos muestra la caída en las razas y civilizaciones, las heridas en esos hogares y lugares.
Es un campo de conciencia y sanación por eso es lo primero que estamos activando para ir hacia el reconocimiento de nuestro avatar estelar. Es un lenguaje para trabajar consigo mismo.
Es esa conciencia de la parte que soy del Uno y del camino que yo como esa parte del Uno decidí transitar; y la conciencia del para qué… de aquello que no comprendía, solamente repetía.
Y al comprender consumamos y nos movemos hacia algo más.
Alba Hernández
Canal y Voz de Lira