Me encontraba en una conexión con la energía de Sirio cuando una parte de mi se abrió hacia un lugar donde no había logrado llegar con plenitud, por primera vez pude abrirme a ver y sentir a los Dioses Egipcios.
Ellos me dieron una palabras:
«Sabes bien que no habías podido vernos, habías llegado a sentirnos pero solamente como un destello, ahora nos ves, ahora nos sientes y te das cuenta por qué. Y es que ahora nos percibes tal cual somos, sin el velo de la construcción humana hoy nos ves con los ojos de la divinidad, puedes darte cuenta que somos diferentes a como nos han plasmado, por mucho tiempo nos identificamos así, pero ha llegado el momento de permitirnos descubrir una visión más pura.
Esto es lo que somos, nuestra esencia se descubre ante ti».
Quien hablaba era Horus, y mientras los escuchaba su ojo se tatuaba en mi frente plasmando esta nueva visión. Ahí estaba Isis y Hathor, y también Osiris. Desde lejos el Maestro Thot contemplaba.
Fue impresionante, pues en mi mente las imágenes que como humanos hemos hecho de ellos se desvanecían, diluyendose para mostrar algo menos humano, algo más cercano a la divinidad.
Y me doy cuenta que estamos listos para ver más allá de lo que hemos creado, para ver la verdad.
Agradezco que todo sea tan perfecto, que el momento de volver a ver a estos maestros llegue como una revelación, y sí, como una invitación.
Una invitación a permitirnos dejar el velo de la visión humana para dar un paso hacia la esencia y verdad divina.
Nuevas formas se siguen creando para nosotros humanos.
Nuevos paradigmas, nuevas estructuras.
Nuevos ojos, otra visión.
Es momento de VER.
Alba Hernández